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¿Cuánto contamina usar las redes sociales?
Tecnología Braylin Payano 1,167 Visitas 5 minutos de lectura

Los expertos recomiendan apagar los dispositivos móviles cuando no se estén usando y racionalizar el acceso a los contenidos de multimedia.
¿Qué cantidad de contaminación nos produce navegar por Internet durante 60 minutos, una reunión de trabajo virtual a través de Zoom o ver la serie más reciente en Netflix? En medio de la ansiedad por el peligro de los cortes de luz, las averías energéticas y nuestra demostrada dependencia de lo avanzado, se abre el debate sobre la impracticabilidad del modo de vida actual, incluyendo el tipo de ocio común o los medios que utilizamos para trabajar cada día.
Según los especialistas en informática, las etapas que comunican sustancias en streaming como Netflix o HBO; las etapas de videoconferencia como Zoom o Meet, o las propias herramientas de búsqueda en la web, producen una impresión de carbono avanzado y se suman al cambio ambiental. ¿Lo más contaminante? Las grabaciones en directo. Exhortan a apagar los aparatos cuando no se usan y a "defender" la admisión de contenidos multimedia. Ángela Casal nos ilustra al respecto en su artículo compuesto para la Universitat Oberta de Catalunya (UOC).
La impresión de carbono computarizado, el extraordinario oscuro
Netflix percibe que ver una hora de su contenido supone una descarga de 55 gramos de CO2. Lo analiza como hacer cuatro sacos de palomitas en el microondas. No obstante, se centra en intentar disminuir este daño al planeta. Es uno de los modelos que las organizaciones de innovación están empezando a destacar por la huella de carbono digital.
A pesar de que realmente parece ser un tema prácticamente indetectable para la sociedad en general, la impresión de carbono avanzado se desarrolla cada vez que nos decidimos por un video, vemos una serie o descargamos cualquier archivo.
Información sobre la contaminación avanzada
Los datos mundiales que arrojan ciertas investigaciones ponen de manifiesto un tremendo efecto ecológico: las 47.000 miradas de Google crean sistemáticamente 500 kilogramos de CO2. En cuanto a la suya, la utilización de YouTube en un año produce diez millones de toneladas; según plantea la UOC, es la suma que puede crear la ciudad escocesa de Glasgow.
"El volumen de información que se maneja en la sociedad actual es monstruoso", reconocen Xavier Vilajosana y Borja Martínez, científicos del Internet Interdisciplinary Institute de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC). Primero fue el comercio avanzado y, actualmente, la "explosión en etapas de streaming", subrayan. Asimismo, advierten que este aprovechamiento de la energía a través de la innovación seguirá desarrollándose. "La digitalización abarcará poco a poco todos los ámbitos de la sociedad, desde la formación hasta la aplicación de políticas", afirman.
Pegados a las pantallas (y ensuciando sin parar...)
La información apoya la forma en que nos enganchamos progresivamente a las pantallas para trabajar y relajarnos. En cualquier caso, no sabemos que contaminamos adicionalmente, como hacemos cuando conducimos un vehículo o generamos basura. "Es fundamental que el mindfulness que hemos ido fundiendo continuamente en el lado más actual de nuestra impresión natural se traslade además a una utilización fiable de los escenarios", sostiene Elena Neira, educadora de la Facultad de Ciencias de la Información y la Comunicación.
El desarrollo y el mantenimiento de las "colosales" granjas de servidores donde se gestionan todos nuestros intercambios avanzados son las explicaciones de este enorme consumo de energía. "A escala mundial, se evalúa que queman una potencia similar a la de una nación de medidas normales como España", dicen los especialistas. Según una perspectiva singular, rechazan que se pueda hacer una estimación definitiva, ya que estos focos "sirven para infinitas aplicaciones al mismo tiempo". En todo caso, los especialistas pueden valorar que la revisión de la sustancia de la vista y el sonido, al producir una "enorme suma" de información, es lo que tiene el mejor vaivén energético.
¿Qué es lo que más contamina?
Efectivamente, depende del tipo de actividad que realicemos: una videollamada de Zoom, por ejemplo, empaqueta los datos al máximo para mejorar la progresión de las discusiones, mientras que una película en HBO duplica el volumen de información para que la apreciemos con la máxima calidad. "En la práctica, ver la sustancia en streaming o descargarla no supone una gran diferencia, lo importante es el tipo de contenido", sostienen.
Dentro de estas aplicaciones equivalentes hay opciones que igualmente repercuten en la impresión informática, por ejemplo, en una videollamada, no accionar la cámara para disminuir el efecto en un 61% o prestar atención a la música sin reproducir las grabaciones. Es decir, utilizar Spotify en lugar de YouTube en caso de que no nos inspire la imagen. Respecto a los informes que contrastan las distintas organizaciones o escenarios interpersonales, presumen que TikTok es la que más contaminación produce ya que depende únicamente de ver grabaciones y transferirlas.
Aparatos que matan el ánimo como si apagáramos las luces
Las máquinas también contribuyen a nuestra impresión. Son bastante eficaces en cuanto a la energía, pero, advierten los científicos, también en cuanto a la cantidad de horas que están encendidas. En consecuencia, dan como ejemplo que un teléfono móvil quema no exactamente un televisor enorme, sin embargo el teléfono puede estar encendido 24 horas al día y el televisor, no.
"Como nos enseñaron nuestros padres con las luces de la casa, apagar los aparatos cuando no se usan debería ser una práctica normal", proponen Vilajosana y Martínez. En cuanto a esta situación, creen que el método de enseñanza debería ser básico para conocer el daño al planeta. Además, se dedican a impartir responsabilidad a las organizaciones de innovación.
Sin ningún rastro de actividad con respecto a los clientes de Internet, estos especialistas recomiendan que el escenario actual los separe: "Quizá el marco de apropiación del agua tenga la opción de distinguir que no hay que mantener el grifo abierto y cerrarlo por ti".
Justificar la utilización informática
Además de apagar los aparatos, hay una sugerencia más para disminuir nuestra contaminación imperceptible, que es "pensar" la utilización de la sustancia en línea. Sin embargo, tras el control, no parece que los residentes vayan a renunciar a los escenarios informatizados para ver series o sustancias en streaming. Un estudio sitúa la expansión del vídeo bajo demanda en España en un 26% en 2020, coincidiendo con la pandemia de Covid. Además, las proyecciones lo mantienen en ascenso en poco tiempo.
Los científicos de la UOC afirman que las aplicaciones, por ejemplo, la comprobación del propio libro de cuentas son "fundamentales" y otras son "típicas, por ejemplo, la participación en una película o una serie". Aceptan que prácticas como, por ejemplo, el visionado maratoniano, que incluye pasar varias horas viendo este tipo de contenidos en la red, se convierten en "venenosas".
Con respecto a los escenarios que visitamos para trabajar y estudiar o durante el tiempo de relax, sugieren separar cuando no se usan. Descargar el contenido en el gadget en caso de que se vaya a aconsejar más de una vez, como el material del curso.
Fuente: UOC