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Estrella Vampiro: Hallan un sol que gira sobre sí mismo cada 25s
Astronomía Braylin Payano 1,834 Visitas 2 minutos de lectura

Es la rotación más rápida de una estrella que se halla observado hasta la fecha. Su nombre real es LAMOST J0240 + 1952 y forma parte de un sistema binario.
Se trata del giro más rápido de una estrella de cualquier tipo visto hasta la fecha.
A fin de cuentas, el Sol gira sobre sí mismo una vez a intervalos regulares, mientras que la Tierra pivota sobre sí misma como un reloj. En cualquier caso, a unos 2.000 años luz de distancia se encuentra un diminuto blanco, una "estrella vampiro" que asimila material de una estrella amiga, que ha batido todos los récords realizados al pivotar sobre sí misma una vez a intervalos regulares. Definitivamente, no se trata de las pocas horas o días que regularmente tarda una persona blanca diminuta "habitual" en hacer un pivote total. Es, de este modo, la revolución celestial más rápida en cualquier punto notada hasta ahora. Sin incluir, obviamente, artículos tan inusuales como las estrellas de neutrones o las aperturas oscuras. El hallazgo ha sido distribuido en el servidor arXiv de la Universidad de Cornell.
Un diminuto blanco es lo que queda de una estrella de menos de diez masas basadas en la luz solar cuando debilita su combustible atómico y lanza ferozmente sus capas externas al espacio. Es, a decir verdad, una de las fases del avance celestial. Una que, casualmente, atravesará con mucho la mayoría de las estrellas que conocemos, incluido el Sol. No en vano los diminutos blancos son, junto con los enanos rojos, los astros más abundantes de todo el Universo.
Su nombre es LAMOST J0240 + 1952, destaca por ser un marco doble (dos estrellas que dan vueltas entre sí) y está situada en el cuerpo celeste de Aries. Tiene un tamaño similar al de la Tierra, aunque mucho más denso, lo que sugiere que es casi tan enorme como el Sol. Su poder gravitatorio es excesivamente increíble, de tal manera que si por casualidad dejáramos caer una piedra sobre él desde un par de metros de altura, ésta colisionaría con la superficie a unos cuantos miles de kilómetros por hora.
La "culpa" de este rápido giro la tiene su amigo, un bantú rojo mucho más grande que gira a su alrededor y que está siendo "vampirizado" por su hermano menor. La sólida gravedad del diminuto blanco, básicamente, está succionando material de la otra estrella, y el gas 'tomado' que cae sobre ella está haciendo que gire cada vez más rápido, de una manera comparable a como el agua que cae hace girar una rueda de planta.
La revelación se produjo durante la noche del 7 de agosto. Fue entonces cuando la experta espacial Ingrid Pelisoli, de la Universidad de Warwick, y sus compañeros distinguieron un resplandor de luz que se repetía cada 24,93 segundos, descubriendo la rapidísima revolución del enano blanco. Se trata de 5 segundos menos, por cierto, que el pasado récord de giro celeste.
Fuente: ABC ciencia