¿Puede algún planeta sobrevivir a la muerte del sol?

Astronomía Braylin Payano 3,566 Visitas 4 minutos de lectura

¿Puede algún planeta sobrevivir a la muerte del sol?
Implosión del sol | Imagen ilustrativa

Un hallazgo de un planeta muy parecido a Júpiter en la órbita de una enana blanca arroja datos sobre qué pasará en el caso de nuestro sistema solar

La revelación de un mundo similar a Júpiter en el círculo de un bantú blanco revela una visión de lo que ocurrirá en el ocaso de nuestro grupo planetario.

El Sol no brillará por siempre. Dentro de unos 5.000 millones de años, nuestra estrella debilitará su combustible de hidrógeno y comenzará a caer por su propio peso. Se expandirá y se convertirá en un monstruo rojo que inundará los círculos de Mercurio, Venus y muy probablemente también la Tierra. Profundamente, quedará un enano blanco. Algunas investigaciones demuestran que determinados planetas podrían soportar el paso del Sol, sin embargo sólo se han descubierto cuatro modelos que no han podido ser afirmados. Actualmente, un grupo de investigadores con el interés del Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC) ha encontrado un mundo similar a Júpiter alrededor de un enano blanco. El descubrimiento, difundido esta semana en el diario 'Nature', revela una visión del posible destino final del Sistema Solar.

"El marco que hemos descubierto es el primario que se parece a lo que se espera que sea el último de los destinos de nuestro Sistema Solar, cuando el Sol haya implosionado para convertirse en un enano blanco dentro de unos 8.000 millones de años", aclara a este periódico Joshua Blackman, especialista de la Universidad de Tasmania (Australia) que dirige el examen.

Las imágenes de alto alcance adquiridas desde el Observatorio Keck de Hawái descubren que el recién descubierto diminuto blanco tiene un 60% de la masa del Sol, y que su exoplaneta perdurable es un monstruoso mundo gaseoso con una masa un 40% más notable que la de Júpiter, a pesar de que da vueltas algo más cerca (varias veces la separación de la Tierra al Sol).

"Este hallazgo confirma que los planetas que dan vueltas a una distancia suficientemente grande pueden seguir existiendo después del paso de su estrella", dice Blackman. Como este marco es un simple a nuestro propio Sistema Solar, propone que Júpiter y Saturno podrían soportar la etapa del monstruo rojo del Sol.

"Esto es lo que encontramos en esta revisión", dice Blackman, " un planeta similar a Júpiter en un círculo similar a Júpiter que ha soportado el desarrollo de su estrella anfitriona. Si el planeta estuviera mucho más cerca de su estrella, también podría haberse alterado durante la etapa de monstruo. Aguantó porque estaba en un círculo lo suficientemente grande".

El grupo encontró el planeta utilizando un método llamado "microlente gravitacional", anticipado por Einstein en 1936. Se consigue cuando una estrella cercana a la Tierra se alinea rápidamente con una estrella lejana. De este modo, se produce una maravilla en la que la gravedad de la estrella del área frontal se comporta como un cristal amplificador y amplifica la luz de la estrella fundacional. Si un planeta gira en torno a la estrella cercana, hará girar brevemente la luz amplificada mientras pasa por allí.

Traslado a las lunas de Júpiter

Cuando el grupo se concentró en la estrella anfitriona del mundo, descubrió que su luz no era lo suficientemente brillante como para ser una estrella de sucesión fundamental estándar (o estrella adulta). Asimismo, excluyeron que fuera un enano de color terrestre (un objeto intermedio entre las estrellas y los planetas monstruosos) o un elemento reducido como una abertura oscura, lo que implicaba que la estrella debía ser forzosamente una persona diminuta blanca.

"Cuando nuestro Sol se convierta en una enana blanca, es muy concebible que la Tierra haya sido aniquilada o en el mejor de los casos, verdaderamente desafiada por la etapa media del Sol como goliat rojo. En este sentido, si por alguna maravilla la humanidad existiera realmente dentro de 5.000 millones de años, presumiblemente tendríamos una posibilidad superior de resistencia en el caso de que nos trasladáramos a una de las lunas de Júpiter. Dicho esto, probablemente no tendríamos la opción de depender del brillo de un Sol más frío durante mucho tiempo", señala Blackman.

Más supervivientes

El especialista acepta que podría haber más planetas que soporten la desaparición de su estrella. "El 95% de las estrellas de la Vía Láctea se transformarán en blancos más pequeños. Dado que los planetas son muy normales alrededor de estrellas convencionales como nuestro Sol, esperamos que una cantidad considerable de estos marcos blancos de bantúes tengan igualmente planetas. Esperamos encontrar una cantidad mucho mayor de estos sistemas cuando el telescopio espacial Nancy Grace Roman de la NASA sea enviado durante la década de 2020", afirma.

Fuente: ABC Ciencia

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